lunes, 10 de octubre de 2011

Los procesos biotecnológicos

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"Escuela, docentes y tic"

Escuela, docentes y tic

Las transformaciones sociales –estrechamente vinculadas a la formación de redes mundiales sustentadas en tecnologías digitales – están afectando algunos de los pilares sobre los que se estructuraron los sistemas educativos modernos. En forma inevitable, esto implica algunos retos y desafíos a la profesión docente.

La tarea del docente está, por lo tanto, ante un nuevo escenario que propone nuevas formas de autoridad, métodos de enseñanza, identidades e interacciones sociales, y todo ello plantea desafíos que atañen al saber hacer de los mismos.

Por lo que, las nuevas tecnologías han sido la puerta de entrada de nuevos paradigmas que impactan en la vida cotidiana de las instituciones educativas y de los docentes:

hay que formarse, trascender la disciplina que se está enseñando, conocer nuevas herramientas tecnológicas, saber integrarlas a las propuestas pedagógicas evaluando sus potencialidades, relacionarlas con lo que siempre se ha hecho pero “hacerlo mejor”, probar cosas innovadoras, no dejar que el “tren de la modernidad” nos deje “de a pie”, etc. Todo ello, en el mismo tiempo y espacio con que se contaba antes.

La introducción de las TIC en las escuelas no implica solo aprender nuevos procedimientos y el uso de novedosos de “aparatos”. Más bien supone cambios que afectan los modos de hacer y de pensar sobre la información y el conocimiento. También modos de entender el mundo y actuar sobre él.

Asumir que la escuela debe ocuparse de estas nuevas alfabetizaciones implica por un lado trabajar por disminuir la brecha digital, y por otro, que los docentes se vean a sí mismos como parte de estos cambios. Reconocer lo que nos pasa en relación con las TIC es un primer paso indispensable para poder incorporarlas a nuestras prácticas educativas, para pensar y, así, responder cuatro preguntas básicas: cómo, por qué, cuándo y para qué.

Es importante iniciar el proceso que permita reconocer las variantes que las tecnologías ofrecen para estimular el proceso del cambio pedagógico en la medida en que estas afectan la cultura, las prácticas y la atmósfera de la clase por completo.

La integración de las tecnologías en la educación trae consigo una serie de preguntas acerca de por qué y cómo incorporarlas a los procesos educativos, cómo relacionarlas con otras áreas y contenidos. Estos interrogantes remiten a debates respecto de la integración de TIC en la enseñanza. En este sentido, se puede identificar dos posiciones frecuentes; una plantea la incorporación de los recursos como materias o disciplinas en la currícula escolar. Desde esta perspectiva, la informática o los “medios” seguramente deben constituir una materia o asignatura específica.

Una segunda perspectiva plantea que TIC podría ser un eje transversal en las áreas curriculares, de manera que, a la hora de abordarlas, los docentes podrían presentar el uso de recursos o la problematización de temáticas específicas que sean acordes al área curricular en cuestión.

Desde esta última perspectiva, se contempla la posibilidad de incorporar a la enseñanza una variedad de recursos –elaborados con fines educativos y no educativos que colaboran en el desarrollo de nuevas competencias a partir de los contenidos propios de cada área favoreciendo las oportunidades de aprendizaje de los alumnos y construcción de conocimientos.

Las distintas maneras de integración de TIC plantearán en cada escuela la necesidad de pensar en ellas, ya que su incorporación debe estar orientada a un uso fundamentado desde los supuestos pedagógicos que guíen su integración, considerando cada situación, proyecto y estilo particular.

Además se puede decir que, para lograr mejores resultados en la integración de las TIC en las escuelas se debe buscar por un lado, que cada docente haga uso de ellas más allá de su aplicación pedagógica. El uso personal que se realice y la experiencia directa de la aplicación de las TIC en su vida diaria son fundamentales para generar conciencia de sus potencialidades educativas. Por otro lado, favorecer el intercambio con los estudiantes, quienes en muchos casos, posiblemente ya se vinculen con las nuevas tecnologías de una forma más natural y cotidiana. Pero muchas veces no es el uso y dominio que propone la escuela.

Otra cuestión central de la tarea docente es poder ver los vínculos existentes entre las TIC con los procesos de construcción de conocimientos. Por su parte, las investigaciones de varios autores -G. Salomon, D. Perkins y T. Globerson (1992)- parten de postular que la tecnología en sí carece de interés y que es el uso de la tecnología, el tipo de actividad que se haga con ella, lo que realmente importa.


Estos autores han encontrado dos tipos de efectos de las tecnologías en la cognición de las personas: los que se obtienen en conjunción con la tecnología en el transcurso de la interacción, y los procedentes de la tecnología.

La primera de esas formas se relaciona con los cambios que puede manifestar el rendimiento de un estudiante en el curso de su actividad asistida por un programa o una computadora. El hecho de operar con una máquina influye en las actividades y en la calidad de los trabajos producidos, y esta influencia es denominada por estos autores como efectos con la tecnología.

Pero los cambios en el desarrollo cognitivo también pueden plasmarse en la medida en que los alumnos puedan transferir esas habilidades adquiridas, o pueden producirse cambios en la profundidad de sus procesos comprensivos a partir del uso de la tecnología. A estos efectos, los autores los llaman efectos de la tecnología. Se trata de transformaciones, relativamente duraderas, en las capacidades cognitivas de los alumnos, luego de haber usado estas tecnologías.

Los efectos producidos con la tecnología pueden redefinir y mejorar el rendimiento cuando los estudiantes trabajan en colaboración con las tecnologías, que asumen una parte importante del proceso cognitivo que, de otra manera, recaería solo en el estudiante. En este sentido, estos efectos remiten fuertemente al concepto de colaboración intelectual.

El segundo tipo de efecto son los que resultan como producto de la relación de las personas con diversas tecnologías y que se pueden transferir a distintos contextos y nuevas situaciones. Estos autores lo denominan residuo cognitivo transferible, producto de la colaboración, que dota a las personas “de habilidades, y de estrategias del pensamiento que reorganizan y aumentan su rendimiento, incluso cuando estén apartadas de la tecnología en cuestión” (G. Salomon et al., 1992). En este sentido, todas las habilidades vinculadas a la organización, búsqueda, procesamiento y comunicación de la información que pueden promoverse en la escuela utilizando TIC no solo son transferibles a las distintas áreas de conocimiento, sino que pueden ser útiles frente a las necesidades de la vida cotidiana de los alumnos. Estos efectos tienen distintos niveles de profundidad y no implican necesariamente una exposición directa constante a las tecnologías. Tampoco dependen únicamente de sus características intrínsecas, sino, y en particular, de las actividades, los usos, entornos de trabajo, rol del profesor y aprendizaje que se producen con su utilización.

A manera de síntesis y teniendo en cuenta todo lo antes expuesto, se puede decir que estamos en una era de profundas transformaciones en todos los niveles y la escuela no es ajena a ello, por lo que se ve atravesada indiscutiblemente por nuevos paradigmas que la condicionan y por ende a todos los sujetos que en ella interactúan. Y son los docentes, los que tienen la responsabilidad de guiar o no el camino en ese cambio propuesto. Cabe decir que, cuando los docentes estamos dispuestos a incluir las nuevas tecnologías en la enseñanza sabemos que nos enfrentamos a muchos desafíos, expectativas, preocupaciones y problemas, que requiere de la utilización de una pedagogía constructivista y colaborativa para la superación. Hecho que no se logrará de un día para otro, sino que llevará tiempo y el replanteo, en muchas ocasiones, del nuevo rol que ocupamos. Así es como VOCACION, DECISIONES, DESAFIOS, entre otras palabras, toman especial relevancia en este proceso de aceptación y/o asimilación del nuevo escenario. Y que los resultados dependerán indefectiblemente del enfoque, de los objetivos y de la metodología con que sean integrados en cada propuesta educativa.

“…La tecnología en sí carece de interés y que es el uso de la tecnología, el tipo de actividad que se haga con ella, lo que realmente importa…”

G. Salomon, D. Perkins y T. Globerson (1992)